Los Cubrepiletas

Una familia muy normal

miércoles

CAPITULO 1

Entra en escena la pequeña Donatella, con un celular en la mano. La escena es un locutorio atendido por maoríes que no hablan español. Suena el celular:

- Hola, mi amooooorr!!! Estoy justo en el locutorio a ver si recupero mis medibachas, las que se quedaron enganchadas al botón del mouse el otro día ¿te acordás que te conté?... sí, claro que te quiero, Feliciano. No... Feliciano no. Gary? Eejjeee... No... Pamperito? Tampoco? Ay, mi vida, no me acuerdo de tu nombre pero te quieroooo!!!!... siiiiiiii!!!!!... yo tambiénnnnn... No, no lo vi al tolkien azulado porque estuve trabajando en lo de Santa Calamuchita, la Rosa Mítica del Cairo, porque estamos haciendo con los chicos una colecta para arreglarle la argoyeta a la virgencita... sí, a ver si ayudamos un poco... ¿cuándo? Bueno, vos sabés que eso lo tengo que hablar con mi tiradora de runas, cielo, porque no me quiero apresurar. Lo nuestro es tan leeendo...

Interrumpe el monólogo la retratista monocromática Peggy Sue, que intenta entrar en una cabina pero está impedido el paso por Donatella.

- Oíme pipistrila: ¿me dejás pasar?
- Siiiii...disculpaaame!
- ¿Cómo son los botones éstos? ¿Tengo que marcar estos números? ¿Cómo hago para llamar? ¿se pone la moneda en cuál ranura? ¿dónde está la ranura? ¿Aprieto los botones que corresponden al número? ¿Es así? ¿O no? ¿Le pregunto al del mostrador? ¿Hay que levantar el tubo antes o después? ¿LLoverá? ¿Hoy o mañana? ¿y a qué hora?

* * *

CAPITULO 2

Mientras Peggy Sue, se debate entre una duda que es "la eterna duda" y otra, que no lo es tanto porque va y viene como una hamaca, hace irrupción en el recinto Ernesto Porrocordial.

Lleva una graciosa escarapela color rojo punzó en la solapa izquierda de su saco estilo new romántic, que le hace juego, asímismo con sus vaqueros Little Stone.

Peggy Sue lo mira y sus dudas se desvanecen. Ya sabe bien que es lo que quiere para su vida. Revuelve nerviosamente su cartera musitando, para sí: - No entiendo nada, no encuentro nada, ¿dónde dejé mi disquet? ¿es esto una polaroid o un apósito femenino con alas y dry gel? Las piernas le tiemblan, el asma da vergüenza.

Ernesto se ofrece a ayudarla, es un tipo muy gentil y ama al pueblo en su conjunto. Es que el pobre las pasó lunguísimas durante su viaje de egresado a Bariloche, cuando tuvo que hacer el ascenso al Cerro Catedral en el teleférico, y desde ese momento quedó con un trauma que lo obliga a no salir de su casa sin galochas y a ayudar al prójimo los días de tormenta.

- Qué buscas, princesa?
- ehhh, no sé, no entiendo nada, no me acuerdo. Falte a la clase donde lo enseñaban.

Ernesto, blandiendo un paraguas amarillo con delicadas flores violáceas le pregunta:

- Acaso no será esto, bella dama?
- Sí, contesta ella ruborizada. Es el que perdí hace una semana, aquí mismo.

Se abrazan con pasión, se besan, se manosean... y uno de los maoríes los insta, mediante gestos, a abandonar el locutorio, amenazándolos, además con llamar al Inspector de Policía Antonio Carrizo.

Ernesto y Peggy, desaparecen bajo el paraguas que los cobija de la intensa lluvia. Mientras tanto, Donatella sale de la cabina, revolea el celular contra el mostrador diciendo suavente: ¡Conchaputa! ¡Se me gastó la batería, se me gasto!

Se sienta en el piso y comienza a mirarse en un pequeño espejo de cartera, pensando: -¿cómo era que se llamaba mi novio? ¿a dónde dejé el gato? ¿Espejito espejito, dime quién es la más bonita?

* * *

CAPITULO 3

En ese momento irrumpe en escena, Madame Avón, acompañada de su fiel ama de casa, la Nelly, que le va sosteniendo la taza de té de menta.

- No entiendo. ¿Vos decís que desde un locutorio es más barato, Nelly? O sea que lo único que tengo que hacer es pedirle a los señores que marquen el número y ya está.
- No, señora. Lo tiene que marcar usted.
- Qué decís, vulgo? No entiendo. Si yo me pinté las uñas recién. Dame la taza y marcá vos.
(Lo hace) *
(* en homenaje al divino marqués)

- Hola Feliciano, soy yo... No, divino, no te llamo para sacarte de ahí, porque hablé con el abogado pero no entendí lo que me dijo... Sí, ya sé, el juez me lo explicó pero no entendí lo que me dijo... No, mi vida, yo no te puedo dar asilo en mi casa, porque estoy divina así, pero te adoro....Comprendo que no la estás pasando mal, ya me explicó Ernesto Porrocordial, pero no entendí bien lo que me dijo... No, sé qué decirte, Feliciano, no entiendo lo que me decís.

Mientras Madame Avón discute y ronronea con Feliciano Ríos, entra al locutorio el encantador de serpientes y prestidigitador conocido como el Fantasma de Wilde. Trae algunos muñecos con él y los despliega en sus rodillas. La VirgoMora, El Neveroly, Desiderato, Aldo Monti, y Chirolita. Se presentan:

- Soy VirgoMora. Tengo un CI masomeno y cuento cuentos boludos.
- Soy Neveroly, a veces soy el muñeco pero a veces no.
- Soy Desiderato, el abuelo de Neveroly. Soy veterano de guerra.
- Soy Aldo Monti y me chupan todos un uevo.
- Soy Chirolita, antes estaba con Chasman, pero se murió y me vine a vivir acá.
- Yo no entiendo nada -dice Madame Avón.
- Pero yo sí -hace entrada el Rabino Parlante, con una túnica amarillita y en patas- Es la presencialidad multipartita, coadyudante en la hyperformación estructuralizada del "yo mismo", representando la complejización mytica de la guturalidad yoica, del sánscrito-japonés: "yoooo y ca -paz que los otros-", que escrito todo junto yooooycapazquelosotros, tiene sentido, pero en la desfragmentación etimologizante, se pierde el contubernio primordial, el conceptualizacionamiento de la idea per sé, o sea, se va todo al carajo. ¿La vieron a Donatella?
- No entiendo nada - dice Madame Avon.

* * *

CAPITULO 4

Por la puerta de entrada aparecen las gemelas Concha y Encarna, recién llegadas de la Madre Patria.

- Hostia! pero que ciudá cojonuda, hasta cabinas telefónicas tiene. Con la ilusión que me hacía conocer Buenos Aires y su gente maja y aqui me ves, más alegre que un San Luis!
- Que va, Encarna, si ya te lo había dicho, cojones, que esta ciudá mola que te cagas y sus gentes son chulísimas...

Las dos, tomadas del brazo entran en una de las cabinas.

- Hola! Sí, Romualdo?... Que te habla Encarna, que llegué hace dos horas, que estoy aqui, con mi hermana, la Concha y que te hemos esperao tantísimo en el aeropuerto... Joder!... Joder! ¿Pero que no era aqui?... ¿que tu vives en Miramar? ...¿Y que hostias es Miramar?... ¿Y ahora como llego hasta allí? ...Ah, que coja un taxi? Venga... ¿Nos vemos en un rato... ¿Vale?... Que sí,
tío, que te he traio el peinetón... Qué si, que sí... el mantón de Manila, también. Pos no, el bacalo no me lo han dejado pasar, pero te traje unas torrejillas que están a pedir de boca... Espero que te apetezcan... Ay! pero que cosas me dices, chaval!

Mientras tanto, se divisa la figura del Profesor Orto Gráfico, que al entrar tropieza con VirgaMona, que en ese momento está leyendo una revista de Winny Poo.

- Ay, que bestia!
- Disculpeme bella señorita, es que me distraje observando que el libro que usted lee tiene muchos errores.
- Ah, si?
- Sí, vea, aquí dónde dice "Y entonces Winny Poo lleno su plato con miel" debe decir "Y entonces, Winny Poo llenó su plato con miel" ¿Comprende?
- Claro, o que te crees, qué soy analfabeta acaso?
- Disculpeme nuevamente, pero en la frase anterior debiera haber abierto el signo de pregunta, de ese modo su pregunta no hubiese perdido el énfasis correspondiente...
- Ma' si! Callate que pierdo el hilo.

El Rabino se acerca a los dos, y les pregunta: - Estimados míos, me permitirían darles una opinión, debido a la presencialidad que me asiste y como miembro de este colectivo...

- ¿Colectivo? Estamos en un bondi?, responde NeveRoly, despertando de su letargo químico. Con razón el piso se mueve tanto!
- Disculpeme, se lo digo conca..., pero no cree usted que sería bueno abandonar ese estado depresivo que adivino en su mirada turbia, de una vez por todas? Nada hay más digno para los seres humanos, (y cuando digo "seres humanos" me refiero al evento universal concatenado que devino de la creación divina, es decir "Humanus", derivado del latín y de Pastoral). que el trabajo, y a propósito de esto, le ofrezco un importante puesto en el megaproyecto del cual, Donattella y yo somos responsables.
- No me hinches las pelotas. Fucking idiot!, contesta NeveRoly y vuelve a cerrar los ojos y a soñar quién sabe qué cosa.

En ese momento, como una tromba, irrumpen las "Trillizas del Orto", hablándo a los gritos y pisándose unas a otras.

* * *

CAPITULO 5

Entran las Trillizas del Orto. Yeguandra, la más bajita, es interceptada por Peggy Sue, que acaba de terminar con Porrocordial y quedaron en que él la llamaba otro día. Pero en realidad, Ernesto se toma el buquebús hacia Montevideo, donde el Rabino le ofreció asilo y le dejó una bondiola seca en la heladera para que vaya tirando.

- Quiero hablar con vos, Yeguandra, porque vos sabés que te quiero mucho y soy transparente como un ala de mosca. - dice Peggy Sue- Estamos todos muy preocupados porque te cambió mucho la onda....
- Onda tenés la cueva! -grita Yeguandra - son unos nabos del orto! Los odio a todos!
- Yo también -dice Yeguana,- y además me cago en el amor!

Peggy Sue la ignora, porque sabe que en el fondo Yeguana se escapa de sus hermanas trillizas para emborracharse y comer pizza con ella, mientras le da clases de brushing y le habla de lo copado que es Enrique Iglesias. Yeguel no dice nada. Saca la calculadora y hace cuentas. Al rato exclama:

- Peggy Sue: en la última semana hiciste 3252 preguntas, mandaste 15 fotos, babeaste 32 veces sobre el teclado, y dijiste "porrocordial" 15.369 veces. Yeguana: dijiste 345 veces me cago en el amor, 8750 veces gordodelorto, 873 veces estoy gorda y 1 sola vez: concha en flor. Yeguandra: empezaste 127 sonetos que no terminaste, colgaste 1258 vírgenes de la soga y dijiste 4590 veces la palabra "gatito". Son unas nabas del orto. Por mi parte dije "nabas del orto", 22.785.904 veces.

Entra en escena Ferrando Muzzarella, recitando:

de un zarpazo te arranqué la ropa
y te pezonié los veintipico....
no sabía que eras el puto loco
y te remaché el hocico.....

* * *

CAPITULO 6

Por la puerta principal se ve entrar a Hambret, descalza y cubierta solamente por un taparrabo, se deslizan por su cuerpo, doradas gotas de lluvia style. Un cachorro de rinoceronte la acompaña. Parece una autómata. Alza sus brazos hacia el cielo raso y sus pezones se ponen aún más turgentes

Al verla, Aldo Monti, bajándose los lienzos exclama:

- ¡Vení para acá mamaza! ¡Vení que te empomo!

Fernando Muzzarella se interpone entre los dos, gritando: -No la toques, ella es mía! Yo, la recorrí paso por paso ahogado enmohecido, al borde de la cama.

La toma del brazo y la mete en una de las cabinas. Se escuchan gritos desesperados. Son gritos de hombre empomado. Aldo, espiando por detrás del vidrio, comienza a reírse a carcajadas: - Es un trava, a Muzzarella le rompieron el ojete! Qué excitado estoy! Se acerca con el mástil enhiesto hacia Yeguana, diciéndole:

- Vení yegua, vení que te cojo toda.
– Nah, me cago en el amor, dice Yeguana. Todos los hombres son nabos.

Aldo Monti comienza a masturbarse y uno de los dueños maoríes lo conmina a hacerlo en el baño, enseñándole la dirección de las instalaciones. Por el camino se cruza con Nada, una santafecina que está haciendo propaganda política para que la elijan en las próximas elecciones.

- Señor, tome este panfleto.
- Agachate que te la meto.

Mutis por el foro los dos.

* * *

CAPITULO 7

Reunión en la casa de Madame Avon. Desde los ventanales se aprecia una panorámica de privilegio de la tormenta que se desata sobre la ciudad.

El Rabino Parlante piede la palabra y se pone de pie, acomodando con las manos su túnica otrora amarilla, ahora levemente agrisada por la pena:

- Hermanos de mi alma, tengo el deber de anunciarles una decisión que me duele tanto como me extrema, en el mismísimo extremo de la extrema realidad...
- No entiendo nada - dice Madame Avon, superponiéndose a la oratoria sagrada que en ningún momento se interrumpe.
- ... y dada la peculiar guturalidad personalizonalizada de los hechos que enlutan mi túnica con el gris de lo que nunca existió, les anuncio que parto, me enlisto y me fratacho, pero de ningún modo dejo de ser el dueño de nada.
- ¿El Rabino se va a la guerra? -pregunta Encarna por lo bajo, no tan bajo como para que él no la oiga.
- La intensidad de la realidad nos llama, somos como el polen porque donde hay tierra fértil, alli nos llama la sonrisa de la vida a echar raices.
- No entiendo nada, pero que esta no sea la primera vez - dice Madame Avon, con la nariz colorada.
- Entender es una opcion para que nazcan las rosas blancas que ya nunca compraré en el corazon mismo de la herida fundamental que sangra en lo profundo de mi.
- ¿Pero te vas o no te vas? -insiste Encarna.
- A veces, pero no tanto y de alguna manera todo lo contrario. La mía es una guerra contra las dagas heladas que te aventuran las tripas sin piedad, contra todos los principios que siempre sostuve. Los libros de historia la recordarán como la Guerra de los Menachem. Libemos

Todos se ponen de pie con su vaso de aguardiente, brindan, y vuelven a sentarse. Lástima que no esté Peggy para afotar este bello momento. Ernesto arma un canuto y lo enciende mal, lo que provoca la ira de Madame Avon:

- Terminala con eso, darling, ¿no ves que me estás llenando la casa de HUMO? -grita.
- La niebla me tiene loco - responde Ernesto entre gestos de ansiedad.
- La niebla es la niebla - apoya Neveroly, mirando por la ventana la lluvia fina.

El Profesor Orto Gráfico aparta su vista hacia su libreta cuadriculada, donde intenta resolver una compleja ecuación que por ahora le da 17 = 18.

- Algo está mal -masculla-, tendré que apelar a mis fieles galgos.

Mientras los demás se miran con resentimiento y siguen libando, el rabino apura el último trago de aguardiente y continúa su discurso:

- Mi guerra es contra...
- ¡Contra aquellos que te cuelguen la galleta, nabo del orto! -grita Yeguandra desde la puerta.

* * *

CAPITULO 8

En Algún lugar de Galicia, Donattela, celular en mano intenta comunicarse con su gran amiga María Sobona de Fish.

- Hola, querida! Sí, si, no sabes cuanto extraño a los chicos de la Cava... ¿el Rabino? ¿Qué Rabino?. No sé de que me habás. Eh! ¿Qué todos me odian? ¿Y por qué me odian si yo soy tan solidaria? Sí, ahora ayudo a los muchachos de Perfil. Son unos divinos... Perdoname pero tus lapsus me tienen por el quinto forro... A fin de cuentas creí que eras mi amiga... Está bien, está bien. Pero no sabes como extraño... ¿Menachem? No ahora llevo otro apellido, pero no lo recuerdo. Esperá que me fijo en la tarjetita que me dieron. Uy! Está borroneado. Decime, cómo está el gato? No te olvides que le gustan las whyskas de carne, pollo y leche. ¿Qué nadie me recuerda ya?... Ma sí, que se vayan a la concha de su madre. Cómo extraño a mi profesor de Tai Chi, no sabés! Te quiero tanto Sobona! Te quiero tanto!

Luego de cortar la comunicación, Sobona mira el teclado y comienza a escribir:

Lapsus/56

Llora el teléfono
(hermano, caminemos por la bandera rojinegra)

Llora el teléfono, y ella no vendrá.


CAPITULO 9

Se escucha de fondo, la sonatina en re bemol de Impaglione Aiunosolo, entitulada "Cuando el amor no viene, es porque se fue, por Impaglione Aiunosolo", canción favorita de Peggy Sue que, apartada de la tertulia de la calle Lafinur, moquea sobre un negativo de una rosa marchita adentro de un libro sepia marchito. Bajó 10 kilos, pero Porrocordial parece no notarlo, entusiasmado como está en hablar con el Rabino del hash de medio oriente y de las minas, que son todas iguales, yo te lo había dicho.

La Niebla Blindada todavía persiste en el rubor del Profesor Orto Gráfico que se hace el distraído con una calculadora en la mano, y como un fantasma ronda la habitación. ¿Será morocha? ¿Será rubia? "Es pelirroja" - sentencia Yeguel, pero bajito. Desde la frase de Neveroly : "Yo la conozco", nadie se ha atrevido a decir una palabra. Salvo por El Rabino Parlante y Porrocordial, unidos por una misma desgracia: la cajeta voladora.

Por un momento, La Niebla Blindada pareció materializarse en esa sustancia pegajosa y translúcida que hay en la alfombra y que será conocida por la humanidad como "Las babas de Saraví".

Suena el teléfono, María Sobona del otro lado de la línea, llora y musita: "es precioso, es precioso...."

-Es porque se afeitó el bigote!! -grita Peggy Sue, con la bombacha en la mano.

Porrocordial, que estaba ensimismado en sí mismo, dice:

- Disculpame, no quiero ser yo motivo de discordias, pero no estoy de acuerdo con el término "afeitar". Suena a "feo" y vos sabés que eso no me cabe. En todo caso, de última y con una mueca aceptaría un "rasuró", pero con una mueca. No te enojes, pero te lo tenía que decir.
- A mí me cabe Yeguana- dice Yeguel.
- A mí me cabe Yeguandra- dice Yeguana.
- A mí me cabe Yeguel- dice Yeguandra- y a vos te cabe.....ÉSTA!!!! . Y señala al muñeco Aldo Monti, que ni dios sabe cómo, aparece en escena con los pantalones bajos:
- A cualquiera, se la doy a cualquiera, aldomontiamente se la doy!
- Dámelo a mí - dice Nada- así sacamos un voto más!

* * *

CAPITULO 10

Escena 1

En escena Madame Avon comiendo una trufa especialmente traida de Savoy.

- Ay, ¿dónde están los amigos cuando uno más los necesita? Esto me huele raro, muy raro. Aqui hay fish podrido. Es un complot y estoy segura que Donattella es la flor de la mafia. Además que al Rasbino Parlante yo lo quieeero taaanto! Es un divino, con ese gorrito negro que tiene. lástima la barba, seguro que se le pegan los fideos. Por las dudas no lo beso... (piensa y elucubra)
Toma el teléfono decidida a encontrar la verdad fundamental.

- Hola, María Aeromoza?
- No, no estoy, pero ya me comunico.
- Bueno, te espero, pero da la cara, no seas sobona, habrase visto tal indiferencia.

Al rato suena el teléfono.

- Hola?
- Sí, habla María, desde ya te digo que yo no me meto en los asuntos de mi amigo Beto y me parece de muy mal gusto recibir mails que no me interesan.
- Pero... ¿que clase de conjurada sos que no te conjuras como corresponde a la logia?
- No sé de que me hablás.
- No entiendo nada
- Yo tampoco.
- Y pensar que te quería como a una hija, te aguante meses la guita del libro, me banqué estóicamente esos poemas raros que escribis. Ingrata. (lo dice casi en un aullido espeluznante y cae desmayada)

La urdimbre de tu aullido.
Firmamentos yuxtapuestos del encono
(te espero en el alféizar, a dos cuadras) Corta.

Recobrando el conocimiento por las sales que la Betty le hace oler, piensa con melancolía: "Divino Feliciano...pronto nos veremos, un día de estos te llamo"

Y se duerme para soñar con cocoteros y salsa para vivir, salsa para ser feliz.

Escena 2

La escena transcurre en Tolosa, Yeguandra está indignada y mientras les da de comer a los gatos y se toma la temperatura vaginal, marca un número de telefono

- Hola, Concha del orto.
- ¿Cómo estais, guapísima?
- Guapísima las tarlipes! Todo el mundo anda despeinado y a mi se me fue la planchita. ¿Qué es tanto kilombo?
- Sabeis? Todo es un complot de los Conjurados selectos. Nunca nos quisieron, son xenófobos, si no fuese por crazy put, ya os hubiera dado por culo a todos y tal.
- Ma que complot ni que argoyas. Sos una naba del orto. Ves fantasmas betos donde no los hay.
- Si pica es porque hay ajo, cojones!
- Si te pica la argoya, rascate, pedazo de tirifila!
- Me ofendeis!
- Conchatumadre.

Corta y se saca el termómetro de la cajeta.

- 39 y medio!
- ¡Pancracio, Pancracio!, dejá todo lo que estes haciendo. ¡A remachar se ha dicho! ¡Es ahora o nunca!
Mientras espera a Pancracio, se pone Impulse en todo el cuerpo y termina de tejer la batita nro 49.
- Me quedó chingado el cuello, piensa.
Nimporta, igual los bebés son todos medio deformes.

* * *

CAPITULO 11

En los dominios del Capitán Pirata Falshaffaz, un nuevo día comienza. El Capitán, investido con el kilt ceremonial, le dicata versos inspirados a su mayordomo, mientras toma té de saquito con edulcorante:

El cometa se eleva
ni un solo ruido

- Dispense, amo, pero se lo tengo que decir ¿no le parece que quedaría mejor así? El cometa se eleva / silencio.
- ¡Ah! ¡Hereje! ¡Cien azotes y las desuscripción! ¡Que los xaguares se apiaden de tu alma impía!

El mayordomo se va, se lo llevan dos esbirros alzado de los codos. Entra la bella concubina y musa, María Verónica Castro, ex de Aeromoza.

- Darling, ¿llegó mu nueva mascota? Estoy tan emocionada que lagrimeo...
- Hola, musa amada,
no, no ha llegado nada.
-¡¡Chabón!! ¡Estás verseando otra vez! ¡Eres inccoregible vos!
-Oh, excuxe me, es que a veces se me escapa, como a vos la chabona, vistes. Pero no temas, lo controlo. ¿Tenéis algo para corregir?
-Sí. Hoy escribí un pareado libre, creo, mientras meditaba. Fue como un lapsus, te leo:

El arrusho de las nubes
(triste postal del pasillo angosto)

Un güisky a tus ronquidos de alfanje

- Ay, querida, querida... Veo que no puedes olvidar tu pasado, musa mía.
- Mi pasado me condena, me emociona tanto que sólo puedo llorar lágrimas de cocodrilo...
- Recuerdo esos días en los que eras una simple aeromoza y yo te rescaté. Y mírate ahora, toda una Reina de la Primavera de mis tierras...
- ¿Primavera? ¿Qué decías, man? ¿Primavera acá? En este orto del mundo lleno de niebla gracias que hay otoño. Y yo odio la NIEBLA. Qué negocio ser reina de este lugar al que no viene ni el lor...
-Prrr, prrrrrrrrrrrr, pfffffrrrrrrrrrrrr, ¡puto! ¡puto! ¡puto! ¡la puta que te parió, puto! ¡flor de puto! prrrr
- ¿Cómo que ni el loro? ¿Y éste? ¿No te parece divino?
- Prrr, prrrrrrrrrrrr, pfffffrrrrrrrrrrrr, ¡puto! ¡puto! ¡puto! ¡la puta que
te parió, puto! ¡flor de puto! prrrr
- Y la verdad... ¿No sabe decir otra cosa, querido?
- Ay, mimusa... Es un loro nada más...

Entra el nuevo mayordomo con una jaula.

- Lllegó su nueva mascota, señora
- Gracias Perkins. Puedes retirartye. ¡Mirá querido! ¡El dragón que nos han traído! ¡Cayó como peludo de regalo! ¿No es divino?

¡Oh bel-thu-rais!
¡Qué altivo estáis!
¿Cómo es sentáis?

- ¡No puede ser! ¡Este orate versea! ¡Desapruebo sus métodos! ¿No habrá leído mis privados?
- No te preocupes, ya habrá tiempo de enseñarle, honey. -mirándolo con cariño- Yo me encargo.
- Bien, entonces me retiro a mi bunker a fumar la pipa de la paz. Querida, hazme el favor de corregir las faltas de ortografía de tus versos. Y tú, Dragón, te llamarás Betún y serás nombrado encendedor principal de palacio. Besox, abrazox, saludox, graciax.

Se va el Capitán. Quedan solos Betún y María, quien se desnuda en un santiamén:

- Adoro este sayo, se pone y se saca taaaaaaaaaan fácil... Y además me queda perfecto. Lo afirmo y reafirmo.
- Firmes tenés las nalgas, vení que te las ablando un poco. Es que a mí me gustan así culoncitas...
- Ay, Betún... tengamos un lapsus de amantes y hagamos sexo_terciopelo, que yo después te muestro mis privados...

Y se entreveran, entre remaches, puteadas y llamaradas de placer.

Minutos después, entra el mayordomo al bunker donde el Capitán tiene sus sesiones de té y poesía.

- Señor, es mi triste deber anunciarle que se han quemado las cortinas.
- ¡Traición! ¡El orate y la musa están remachando sin mi consentimiento! ¿Qué les pasa a estos pelotudos? ¡Desapruebo! ¡Desapruebo sus métodos!

El Capitán sale hecho una tromba hacia el salón del palacio. El mayordomo prepara más té, acomoda las hojas, y mientras una nueva hora comienza, dice:

- En este palacio están todos despeinados...

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